Jesús, la Coca-Cola de la Iglesia
En efecto, es su producto estrella, y para publicitarlo debe nombrarlo en todo y para todo. Porque aquellos tiempos de un probable Jesús histórico quedan muy lejanos, desde que supuestamente prometió 'vengo pronto" con un sentido temporal propio de las divinidades. Jesús tiene que ser actualizado por los funcionarios religiosos que lo propagandean, lo cuidan y dicen lo que hoy nos estaría diciendo a través de los acontecimientos.
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