perlas de fanatismo
En cuanto uno lee con atención el Nuevo Testamento, sin ponerse del lado de los personajes, se da cuenta del fanatismo que impregna sus páginas. No son más que un hato de fanáticos dispuestos supuestamente incluso a dar la vida por su fanatismo. Y a eso a uno lo obligan a considerarlo bueno. No es extraño que la moralidad del fanático sea "porque así lo manda Dios". Como son cosas huecas, los sacerdotes, que bien saben que eso es un conjunto de tonterías para crédulos que les dan de comer, hacen lo que bien les parece.
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